jueves, 8 de enero de 2015

¿Y si nos manipulasen y jamás lo supiéramos? ¿Y si ni siquiera pudiéramos saber quienes nos manipulan?


Pauta reconocible en una estrategia usada habitualmente para “Generar Confusión” en le generación de creencias sociales
Etapa 1: Defendemos las posición “A”, creando una teoría. En ella mezclaremos un 60% de verdades, o un porcentaje suficiente de verdad, para producir sintonía con nuestra teoría. Las mentiras que formaran parte del combinado, acabaran introduciéndose en el inconsciente de manera insidiosa, tanto por formar parte del mismo “combinado” (se buscará un modelo integrado donde todo parezca dar sentido al resto), así como por la constante exposición pública del modelo integrado. De esta manera conseguiremos los seguidores de la posición “A”, que coincidirá especialmente con nuestros objetivos.
Etapa 2: Para los críticos, los que ven las mentiras de la “posición A”, crearemos una alternativa que se acomode a su visión. Simularemos por supuesto, ser otros. Repetiremos el mecanismo de 60% verdades y 40% mentiras. Esta posición no coincidirá con nuestros objetivos.
Etapa 3: En el momento adecuado sacaremos a la luz algunas o todas las mentiras de la posición “B” cara a desacreditarla.
¿Qué conseguiremos?
3 Grupos:
Grupo I: Los “decepcionados”, de entre los seguidores de la opción “B”
SubGrupo IA: De este grupo una gran parte se volcará (es difícil convivir con el vacío) en la opción “A”.
SubGrupo 1B:Otra parte, puede que más minoritaria, optará por la opción nihilista, la de la
Grupo II: Los integrantes del Grupo I, los que defienden la posición “A” se verán reforzados identitariamente al descubrirse las mentiras de la opción “B”
CONCLUSIÓN:
Como resultado de esta vieja y aburrida estrategia (para el que la lleva observando desde hace mucho, mucho tiempo), el impulsor de la misma, consiguen convertir (y manipular) a una gran mayoría de la población convirtiéndola en “tontos útiles”, al servicio de interes que ellos nunca llegarán a conocer y a comprender.
Desactivaremos a los críticos, mediante la inducción de la confusión entre ellos, lo que desactivará su capacidad de convertirse en obstáculo.
Quedará un porcentaje pequeño y despreciable de gente realmente despierta, que por su tamaño no tendrá la suficiente masa crítica para hacer reaccionar a los otros, que los tratarán de “alarmistas”, “extremistas”, “locos” o similares. En sociedades de baja apariencia “democrática” serán purgados o eliminados. En sociedades de alta apariencia democrática, sencillamente quedan completamente desactivados para los objetivos del creador de la estrategia.

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